Tiza Mojada: marzo 2008

marzo 09, 2008 

Alcatifa

Entonces... ví cómo el amanecer se fue tras mis sentidos. Inconclusa y fugitiva rogué a mis futuros muertos un poco de misericordia. Con mesura de ángel avance despierta hacia la tierra jamás prometida, muelles infinitos sostuvieron mi cuerpo de plata, y olvidé montañas, y peces, y la bruma de marzo... caminé sigilosa por recodos innombrables, y ahí, al final de los misterios, me hallé sobre una roca: sostenida, vigilante, sublime... con mis labios apretando mi propio pecho, con mis ojos reflejados en mis ojos, amamantándo el pueril deseo de mi propio vientre.

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