Gato pantera
Burlando las cordilleras y el Atlántico
El eco de una voz pixelada atraviesa el cristal luminoso,
sin filas de avión, ni velocidad, ni horarios, ni pasaporte...
para susurrarle en arial 10 y azul trepidante:
"eres mi puta, eres mi puta"
Entonces el silencio.
De dedos muertos... el silencio.
Sin freno, ni montura,
su memoria terabyte de estalactitas doradas
Cabalga sobre el gato pantera,
y de nuevo, y una vez más
la pone vertical sobre un inescrupuloso falo.
Erguida, prolongada, altiva, erecta
abierta a su finito deseo
de inútil profundidad.
Hoy, sentada,
tan horizontal, tan nimia
arriba cabizbaja a ese lugar mítico donde murió su espiritu
ahí, -aldea o yermo-
donde los maullidos del gato pantera
ya no dejan oír sus sollozos.
El eco de una voz pixelada atraviesa el cristal luminoso,
sin filas de avión, ni velocidad, ni horarios, ni pasaporte...
para susurrarle en arial 10 y azul trepidante:
"eres mi puta, eres mi puta"
Entonces el silencio.
De dedos muertos... el silencio.
Sin freno, ni montura,
su memoria terabyte de estalactitas doradas
Cabalga sobre el gato pantera,
y de nuevo, y una vez más
la pone vertical sobre un inescrupuloso falo.
Erguida, prolongada, altiva, erecta
abierta a su finito deseo
de inútil profundidad.
Hoy, sentada,
tan horizontal, tan nimia
arriba cabizbaja a ese lugar mítico donde murió su espiritu
ahí, -aldea o yermo-
donde los maullidos del gato pantera
ya no dejan oír sus sollozos.
Etiquetas: gato pantera terabyte puta