Slow
El calor de las manos pálidas que hoy yacen a los costados del ajeno,
el lejano,
Parecen esta noche volver a amamantar mis infértiles pechos,
Y estos ojos,
que descalzos en la oscuridad extrañan el verde de su boca orgásmica,
Sonríen timidamente al sobrecogedor y dúctil deseo de dedos rotos.
el lejano,
Parecen esta noche volver a amamantar mis infértiles pechos,
Y estos ojos,
que descalzos en la oscuridad extrañan el verde de su boca orgásmica,
Sonríen timidamente al sobrecogedor y dúctil deseo de dedos rotos.